La música como única constante. Ejerciendo su influencia sobre cuerpo y alma desde aquel primer cassette recibido como regalo en 1982, Thriller de Michael Jackson, hasta el memorable show de Acorazado Potemkin en el San Martín de unos pocos días atrás. Una presencia fundamental, tejiendo una red invisible, generando vinculos con aquellos que la sienten de una manera similar. Un rito de encuentro. Empatía. Una continua experiencia de descubrimiento, en aquel pre adolescente que revisaba los vinilos de su padrino como sí explorara nuevos mundos plagados de entes extraños llamados estrellas del rock & roll, y también en este adulto (afirmación que muchos podrán poner en duda) que todavía siente un entusiasmo casi infantil al escuchar un disco por primera vez. La música como excusa perfecta para darle vida a un blog, y a un título de periodista que juntaba polvo en una repisa, hace exactamente cuatro años atrás.
Cuatro años es mucho tiempo. Y es poco a la vez. Todo depende de la perspectiva con la que se lo mire. Me asombra mucho que ese proyecto chiquito y sin pretensiones que se iba a llamar Idiotas Musicales, haya logrado tener una continuidad, que haya conseguido prolongarse en el tiempo, al punto de convertirse en un vehículo de difusión, de busqueda, de intercambio.
Desde el momento de su concepción, DISCOS supuso un desafío. Primero, el de tratar de salir del caparazón. El de animarse a darle cuerpo a una idea poco original, pero idea al fin y al cabo, retomar la escritura y apretar el boton de publicar para ver que pasaba con eso. Y también, una vez que el primer iniciatico fue dado, el de encontrar la manera de hacer de esto algo interesante para aquel que tuviera ganas de entrar, algo a lo que valga la pena dedicarle unos minutos de atención. Objetivo que creo haber logrado unas cuantas veces a lo largo de estos años.
La mejor forma de festejar el cuarto aniversario de DISCOS PERFECTOS, no puedo prometer fiestas o similares, porque mi tendencia a la postergarción atenta contra la intención de una celebración hecha y derecha, era armar un compilado. Claro que esta vez, la lista de canciones que armé para incluir en la selección fue tan larga, que me fue imposible encarar una depuración, por lo que ese compilado terminó siendo un disco doble. Un hermoso compendío de veinticuatro temas, doce por álbum, que de alguna manera representan todo lo que sonó y nos ilumino en estos cuarenta y ocho meses. El Use your illusion de los compilados, lo llame con algo de pomposidad, durante el proceso de armado.
En el parrafo de los agradecimientos, debo rendir tributo a todos los artistas, bandas y solistas, que con inmensa generosidad me permitieron tomar prestadas sus bellas canciones para armar los dos discos. A todos los que han participado del blog, ya sea colaborando con posteos para las diferentes secciones, comentando, aportando ideas, leyendo y escuchando. A los amigos, a los viejos y los nuevos, por su cariño, compañía y consejo. Y a mi familia, victimas inocentes de mis delirios. A ustedes, mi amor incondicional. Todo esta pasando, aquí y ahora.